domingo, 15 de noviembre de 2009

Cuento Amniótico

Quiero relatarte un cuento antes que duermas, solo déjate llevar…

En una isla abandonada por Dios rodeada por un mar embravecido que golpea sin piedad la rocosa playa como dos fuerzas que se niegan a doblegarse una a la otra, donde la bruma apenas deja ver el sol de vez en cuando, donde solo hay quietud en medio de las siluetas, existe una cueva en el corazón de la isla donde ha despertado un diminuto personaje de piel gris, ojos pequeños y redondos como botones, nariz casi invisible y una boca que dibuja una expresión de desencanto.

El levanta su brazo, abre su mano al movimiento de las nubes que se mecen frente a él, quiere tomarlas en su mano, enrollarlas como si fueran cabellos y tirar de ellas, porque no le dejan ver el sol, no le dejan ver el sendero que tiene que seguir, hacia quien lo espera a lo lejos, durante un sueño casi interminable esperó despertar para volver, ahora nada lo detendrá en su cometido.

Sus blanquecinos y delicados pies se abren paso entre el camino sinuoso y escarpado, nadie le dijo que sería un fácil retorno, él mira a su alrededor y trata de asociar las imágenes desde la última vez que estuvo allí, pero eso parece haber sido en otro tiempo, lo que lo ataba a este lugar ya no existe y parece que alguien quemó el cielo azul. Ahora sus ojos negros solo ven desolación perpetua.

Nuestro amiguito percibe un aroma muy conocido, y recuerdos del pasado inundan su mente, empieza a vivir de nuevo, la nostalgia hace que comience a llorar, entonces es cuando grita: -“¡ella está esperándome, donde esas olas se ciernen, me está llamando, me necesita!”-.

De repente las nubes abren un hueco en el cielo y el gris con gran asombro y esperanza mira una luz en el cielo oscurecido, y entra en pánico estrepitosamente, ha visto algo en el cielo que le advierte una tragedia, -“el cielo se está rasgando”- es lo que piensa, un cometa se acerca a la luna que parece solemne y muy cercana en el firmamento, un evento sin precedentes está a punto de ocurrir.

En un extremo de la isla existe un inmenso árbol calcinado que se levanta como el fósil imponente de lo que alguna vez fue un bosque, es un desierto alrededor, por alguna razón el árbol se mantiene en pie a pesar del clima de destrucción.
El océano castiga con furia la playa, llevándose consigo todo a su paso, no es un tsunami, es algo más destructivo, ya que pareciera que una conciencia superior dominara las aguas, ordenándoles la destrucción del lugar.

De nuevo frente al árbol, las nubes se arremolinan sobre él formando un agujero más parecido al ojo de un huracán. Alguien está parado, observando la grandeza de este monumento a la naturaleza muerta, nuestro gris amiguito ha llegado. Apenas se logra mover entre las raíces, su objetivo es acercarse lo más que pueda.

-“Mi amada, te dije que volvería aun si ese día fuera el fin del mundo, solo contigo quiero presenciar como todo termina”-, -“sucumbe ante este deseo insaciable de tenerte entre mis brazos, sal de tu encierro, terminemos con todo a nuestro alrededor, que el universo sea testigo de nuestra arrogancia al resistirnos a aceptar sus augurios”-, -“toma mi vida, lo que queda de ella, envuélveme en tu sombrío velo, lléname de tu veneno, mi princesa oscura déjeme ver sus ojos, devuélveme mi nombre”-.

En ese preciso instante, un fuerte terremoto hace estremecer la tierra, él mira hacia arriba y dice con voz meditabunda: -“Ha llegado la hora, y tu, luna burlona no conseguiste lo que querías”-. En el cielo se observa algo asombrosamente siniestro, el cometa ha chocado contra la luna, la explosión ha provocado que el cielo se torne completamente blanco, la luz inunda todo, y la destrucción avanza paulatinamente a la tierra, este es el momento, ya no queda tiempo, es el fin.

Una ráfaga de rayos bajaron desde las revueltas nubes oscurecidas, y la tierra se partió, el mar entró ahogando todo, llevándose la desolación con la marea. Ante este catastrófico panorama lo único que el pequeño ser hizo es sostenerse fuerte del árbol y resistir el embate de las corrientes y el viento arrasador, -“todo se viene abajo”-, pensó mientras veía como la isla era tragada por el océano furibundo.

Y todo se hundió, mientras era engullido por el océano, mientras caía abrazado al árbol escuchó una voz, pero era una voz que le hablaba desde dentro de su cabeza, su cuerpo se estaba adormeciendo, sus manos se soltaron del árbol, y el árbol comenzó a desintegrarse bajo el agua, revelando el secreto que ocultaba. Una silueta femenina se dibujaba en medio de la noche en las profundidades, y sus ojos azules brillantes guiaban su mirada hacia quien esperaba verla.

Era una mujer vestida en un manto de luz, abrió sus pálidos brazos, dirigió su mirada hacia el misterioso ser que la aguardaba, mientras los dos caían, le dirigió sus últimas palabras:

-“Búscame, en nuestro verdadero sitio en este gran vacío, ahí estaré para ti; pero este no es nuestro tiempo ni nuestro espacio. Hay un pensamiento que flota en medio de este silencio solemne, hay algo que tengo que decir antes de separarnos de nuevo: háblale a mi alma, y te escucharé porque hoy te devuelvo tu nombre, a ti, mi otra mitad…aun después del retorno a la nada”-.

Cada uno brindó una mirada lastimera al otro, con lágrimas diluyéndose, solo cerraron sus ojos y todo se volvió confuso, la luz y la oscuridad se fundieron otra vez en un sempiterno abrazo…

…En un mundo que nadie conoce, en un lugar que se desliza más allá de las posibilidades, una pequeña criatura ha surgido y el deseo de vivir lo hace respirar…

Pero esta criatura no puede levantar sus manos, lo único que hace es llorar, y no está sola en un campo desolado, está atrapada en una jaula de cristal, rodeada de una multitud de llantos ensordecedores, no entiende lo que sucede, su vista es borrosa y parece estar desesperada por escapar, pero sus energías la traicionan y sucumbe ante el cansancio, parece resignarse a su destino, gira su cabeza hacia un lado con la intención de entregarse al impredecible descanso una vez más, sus ojos la traicionan, cuando su vista está a punto de escaparse mira hacia un lado…alguien la mira, alguien que como ella, nació este día, en este nuevo mundo, en este mismo lugar inhóspito, rodeados de seres extraños y gigantescos vestidos de blanco que los miran a lo lejos detrás de paredes de cristal, máquinas luminosas, sonrisas que encubren temor, entre sollozos parece ser que alguien está feliz.

Los bebés se miran uno al otro y dejan de llorar, los únicos callados en toda la sala de incubación, un momento memorable que impresiona a los doctores que solo ríen y miran a los padres de cada uno de los niños, aprobando con un gesto en sus caras que los infantes están saludables.

Ahora están listos para iniciar de nuevo la aventura de encontrarse en un nuevo plano astral, para nunca más separarse, cerca y lejos; pero fusionados en un mismo espíritu indomable hasta el final de los tiempos.

FIN

PD: Hay barquitos de papel flotando en un estanque de agua cristalina bailando con cada movimiento, cada uno lleva dulces estrofas de una canción de cuna, esa canción que todos olvidan al crecer con los recuerdos dulces de una efímera niñez. Y uno de ellos lleva escrito tu nombre con tinta de plata y bronce.
Así eres tú.

1 comentario:

hanna dijo...

amo los barquitos de papel

http://caminandoporeltecho.blogspot.com/


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