sábado, 8 de septiembre de 2007

prosalvadoreña 01

Anoche tuve un sueño, y no era sobre libertad... sino más bien sobre alegría. Todo era tan surreal y maravilloso que desde el principio me di cuenta del engaño, pero igual... estaba tan embelezado que decidí cerrar los ojos a ese detalle, dejandome llevar por lo que mi mente, por lo que en el infinito en mí, acontesía.

Le sonreí a la inocencia, a la esperanza y a la mentira... tres damas que son implacables en su fin. No me puedo quejar... porque en este mundo en que les cuento este cuento a ustedes, esas tres cualidades son peligrosas, dañinas y letales (sus tres primas). Soy quién realmente soy, nada más ni nada menos, un compendio de pros y contras... una inconformidad andante. Mientras que en ese otro mundo, soy dios...

Fué algo increible... trataba de mí y de una conocida, quién pensaba que yo no la recordaba, y en efecto, no la recordaba... al principio.

Ya sabiendo quién era ella, le seguí la corriente, todo fue como si nunca nada hubiera pasado en la vida, ella convencida totalmente de mi amnesia y yo... con una alegría infinita, pretendiendo ser un desconocido, cuidando de no hacer nada que la pudiera alertar de mi memoria.

Dificilmente en este mundo en que les cuento este cuento tal argumento sería increible y mucho menos tolerable, por lo que deja en el plano de la fantasía la fantasía.

P.D.: si hay horrores de ortograía... sabran disculpar... gratzie!

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