lunes, 4 de junio de 2007

La ilusion del domingo

No tengo nada en contra de los domingos pero sí... talvez sea un poco paranoico, bueno a lo que voy: Siempre he tenido la sensación que el día que Dios dispuso para el descanso las leyes físicas del universo se ven ligeramente afectadas, el tiempo transcurre más lento!! Sí, ni más ni menos. He llegado a esta poderosa pero sencilla conclusión mirando mi ventana sabiendo que la luz juega con nosotros.

Los fotones no chocan estrepitosamente contra los objetos incidiendo en nuestras retinas, no!! Ellos hacen cola para ir golpeando cándidamente cada superficie saboreando químicamente el material y decidiendo de que color quieren salir, pero lector, ojo! no sé confunda, esto lejos de ser una buena cualidad resulta en casi un retroceso a la productividad (a la mía por ejemplo), lo que hago un día lunes en 1 hora, el domingo me tardaría h 1.30, con el esfuerzos de 2 h. lunes. Si y es que no he terminado lo que he hecho y nada ha cambiado la, luz es la misma, el calor esta igual, si saliera a ver el cielo, los pájaros estuvieran suspendidos en la misma posición que en la mañana, y si quisiera exprimir un limón del árbol de mi patio tengo una certeza del 90% que el limón en cuestión no desprendiera jugo, así son los domingos aquí, una vez tropecé con una tela de araña que se elongó por dos metros muerto del miedo logre desprenderme de ella y poco a poco retorno a su forma original (y eso que hizo contacto con el suelo).
Desde las 8.00 am hasta las 3.30 pm que es en donde las cosas se comienzan a normalizar; hay personas inmunes claro que por sus características singulares no se ven afectadas son: los locos, empleados de la empresa privada con trabajo pendiente (urgente) para el día siguiente, terroristas ya que para ellos solo existe un día, todos mis amigos que se dedican al consumo de bebidas espirituosas y las personas románticas enamoradas de las cuales ya he hablado en otros post y no extenderé eso.

Bien creo que alguien debería tomar cartas en el asunto y verificar este comportamiento anómalo y a mí juicio maligno, que mina el deseo pro-activo del mismo día y adormece a una sociedad.

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